quinta-feira, 11 de março de 2010

Nocturno

Espasmo del cuerpo, cuando entras en la noche
y el viento nocturno que alterará la meteorología.
De pie junto a una gran ventana victoriana
(pesados estores y un pedazo de un grand piano),
a tus espaldas las primeras estrellas
y las móviles dunas de un sol que se apaga.
Te gustaría quedarte así, permanecer en el aire
entre el silencio de la habitación y tu mañana,
existir como esa blanca mariposa al otro lado del cristal
a la luz del atardecer. Deseas (deseo)
que el mundo sea siempre así como
es cuando llena el vacío que dejas.

Abel Murcia

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